5/3/12

ENTREVISTA EN LA CÁMARA: Soraya Vega, Presidenta de la Federación de Mujeres Jóvenes

El aborto sigue siendo uno de los temas más polémicos de los que se debaten actualmente. Como anunciamos hace unos días en Diario La Cámara vamos a tratar este tema junto a otros como el feminismo en nuestros días o los derechos de las mujeres en otras culturas. Para ello contamos con Soraya Vega, Presidenta de la Federación de Mujeres Jóvenes.




“La última decisión [en el aborto] debe estar siempre en manos de la mujer”



Tras el cambio de gobierno ¿Creen que podrían variar, reducirse o aumentarse, los derechos de la mujer?

Ya no es cuestión de creer o no creer, por desgracia, contamos con hechos objetivos que así nos lo demuestran. Vemos claros retrocesos en cuestiones que han costado tanto esfuerzo conseguir, como es la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.


¿Es el aborto una prioridad en estos derechos?


Siempre ha sido una prioridad porque hasta hace muy poco no hemos tenido una ley que se acercara lo suficiente a las reivindicaciones históricas de las mujeres. Es una prioridad porque el poder elegir entre ser madre o no es algo demasiado personal, es una decisión que cada una debe tomar de manera totalmente libre y el Estado debe ofrecer todas las seguridades para que no suponga ningún tipo de riesgo para la mujer que decida interrumpir voluntariamente su embarazo. Además es una prioridad porque, históricamente, a las mujeres se nos atribuye el llamado “poder reproductivo”, mientras que los hombres son el “poder productivo”. Pues bien, creemos que estos modelos instaurados en lo más profundo de las esencias patriarcales son urgentes de modificar. Ese poder reproductivo y sumiso tiene que cambiar, las mujeres tenemos derecho de estar en todas las esferas de la vida, pública y privada. A la misma altura.

¿Defienden la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo tal como la propuso el Partido Socialista? ¿Qué creen que cambiará el PP?

La Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, que aún sigue en vigor es la que más se acerca a las peticiones que las feministas han venido realizando en este país desde los años 80. Lo que el PP está dispuesto a cambiar, ya está encima de la mesa. Todas lo sabemos.


¿Qué limitaciones se deberían poner a esta Ley?

No creo que haya que poner más limitaciones a parte de las que tengan que ver con la salud de la mujer y plazos adecuados para evitar riesgos.

¿Qué importancia le dan a la opinión del padre? ¿Y a la de los familiares?

Siempre es importante que todas las personas puedan tener apoyo en distintas circunstancias de su vida. En ese sentido, es importante que las mujeres puedan sentirse apoyadas por una red de personas que las quieran y las comprendan. Entre esas personas puede estar la pareja masculina de la mujer y la familia. Pero sabemos que eso no siempre ocurre. En cualquier caso, la última decisión debe estar siempre en manos de la mujer, porque es ella quien va a experimentar en primera persona tanto un proceso de embarazo como uno de interrupción voluntaria del mismo, sea lo que sea lo que decida.

Hay personas que consideran que poco a poco en algunos ámbitos el feminismo se ha ido igualando al machismo. ¿Ha ocurrido esto en algunos casos?


Conceptualmente el hembrismo es lo contrario al machismo. El feminismo ha sido, es y será el movimiento que han liderado las mujeres para conseguir la igualdad. Según la Real Academia de la Lengua Española, el Feminismo es el “movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.” Las feministas no estamos en contra de nuestros compañeros chicos, ni mucho menos. Defendemos un espacio identitario propio porque aún lo necesitamos. La sociedad no nos ofrece el mismo hueco para empoderarnos que a nuestros compañeros, por tanto es necesario que existan organizaciones como la nuestra.


Como grupo joven, ¿qué diferencias tienen con respecto a otros grupos feministas?


Las diferencias se encuentran en la edad de las chicas, lógicamente. Trabajamos temas específicos de mujeres jóvenes, aspectos que atañen a las chicas más jóvenes. Y, además, está liderado por mujeres en ese rango de edad que tienen la oportunidad de intercambiar experiencias con otras feministas más mayores para así poder trasladar experiencias al grupo y, además, hacer de portavoces de las más jóvenes en los demás foros feministas.

¿Qué acciones específicas realizan en juventud?

Nuestras acciones siempre van encaminadas a las jóvenes. Acciones formativas para jóvenes, campañas de sensibilización enfocadas a las chicas, participación en consejos de juventud,… Si pueden ver nuestras campañas van todas dirigidas a mujeres jóvenes. Bien es verdad que contamos con colaboraciones de otras mujeres no tan jóvenes, pero el objetivo y fin último de cada una de nuestras acciones es conseguir que las mujeres jóvenes se empoderen y sean capaces de ser protagonistas de sus propias vidas, conociendo la realidad y formando lo mejor que sabemos para que estas experiencias sean realmente beneficiosas.

¿Cuáles son las políticas que aplicaría de forma inmediata en relación con los derechos de la mujer?


Tendríamos que concretar aspectos. Podemos hablar de derechos sexuales y reproductivos, donde, lejos de traer de nuevo la antiquísima Ley Orgánica 9/1985, intentaría mejorar la actual, la Ley Orgánica 3/2010, mejorando sus carencias. Con respecto a la emancipación, impulsaría de manera especial políticas que ayudasen a mujeres jóvenes a ello. Trabajaría la conciliación de la vida personal y laboral empezando por las trabajadoras (y trabajadores) de las administraciones públicas y fomentándolo en la empresa privada (flexibilidad de horarios, teletrabajo…). Una de las cosas más importantes es la presencia de las mujeres en puestos de decisión, tanto en la política como en los consejos de administración de las empresas. Sabemos que el porcentaje sigue siendo muy bajo en comparación con los compañeros varones. Incentivaría las oportunidades para que las mujeres puedan acceder. En materia de prevención de violencia de género, haría más hincapié en el trabajo de prevención primaria, es decir, trabajar objetivos que eviten que se genere el germen de la violencia. Y lo más importante, la educación. En la educación igualitaria desde las edades más tempranas es donde se tienen que empezar a trabajar estos valores. Imprescindible introducir la coeducación, es necesaria la revisión de los materiales que se trabajan en la educación formal, promocionar la educación no formal, formación del profesorado…

¿Qué referentes históricos, intelectuales y culturales tienen en la lucha feminista actualmente?



A lo largo de la historia, ha habido muchas mujeres que han trabajado de manera incansable por la igualdad entre hombres y mujeres. Que han dedicados su vida a esta legítima lucha. Podemos resaltar a Simone de Beauvoir, Clara Campoamor, Mary Wollstonecraft, Michelle Bachelet, María Ángeles Durán, Amelia Valcárcel… Entendemos que son muchas las mujeres que han sobresalido en esta labor, todas y cada una son importantes. Y sin olvidar, por supuesto, a aquellas mujeres anónimas que luchan en su día a día por hacer de este sistema patriarcal algo menos agresivo y que luchan por poder ofrecer a sus hijas, sobrinas y nietas un mundo un poco más igualitario, aunque sea en su propia casa.

¿Ve algún país más avanzado que España en este ámbito?

La desigualdad de mujeres y hombres es un problema transversal que afecta a todas las sociedades, ya sean más o menos ricas, ya tengan gobiernos de un signo u otro. Es un problema estructural que aún requiere de políticas públicas eficaces para atajarlo de raíz.

Sin embargo, sí hay países con una tradición pública más igualitaria, y en este sentido los países escandinavos han sido fuente de referencia. De hecho, obtienen buenas puntuaciones en los diferentes índices internacionales que miden la igualdad de género, como por ejemplo el Índice de Desigualdad de Género de Naciones Unidas (donde altas puntuaciones significan menor desigualdad). No obstante, estos países también tienen problemas como la violencia de género o la diferencia de salarios entre mujeres y hombres, por poner dos ejemplos. Por tanto no hay país en el mundo que esté exento de desigualdad entre mujeres y hombres.

Es muy polémico el tema del burqa y el yihab, así como otras tradiciones del mundo musulmán ¿qué opinan de este hecho? ¿Qué debería cambiarse?


Este debate todavía no ha sido tratado internamente en Federación Mujeres Jóvenes por lo que no podemos contestar a esta pregunta como organización. A nivel personal considero que el burqa y el yihab es algo bastante controvertido. Por un lado está la libertad de culto que se defiende en estados democráticos, que es algo totalmente legítimo y que no debe cambiar, y, por otro lado está el simbolismo de estas prendas en concreto para la mujer. Como feminista creo que es inaceptable que una mujer tenga que ir tapada parcial o totalmente por el simple hecho de ser mujer. Realmente creo que el problema no es nuestro, no es de lo que podamos o no despertar con nuestras miradas o nuestros cuerpos… Sinceramente creo que el problema es de quien mira y la intención que tiene al mirar. Clara está la tendencia generalizada a demonizar el cuerpo de la mujer, pero ¿es problema nuestro el que los hombres, a causa del mismo sistema patriarcal, no sepan identificar nuestros cuerpos con la misma mirada que ven los suyos? ¿Tenemos que ser siempre nosotras las que suframos las consecuencias más graves y violentas de este sistema cruelmente desigual? Es demasiado injusto que se nos acuse de todos los males, que tapen nuestros cuerpos, que callen nuestras bocas, que mutilen nuestros genitales, que nos violen, nos esclavicen y nos asesinen sin cuestionar firmemente el sustrato que nutre toda la estructura patriarcal.

La religión católica también sigue siendo en ocasiones machista ¿Se puede ser católico/a y feminista? ¿Qué cambios le exigirían a dicha confesión?


No creo que sea ocasionalmente, creo que la religión católica que se difunde desde sus estructuras de poder es machista desde el principio hasta el final, y en todos sus aspectos. Sí creo que exista la posibilidad de ser una persona católica y feminista, siempre y cuando el catolicismo que se profese no sea el que cuenta las estructuras jerárquicas de la Iglesia Católica. Es imprescindible la capacidad crítica con la manera de contarnos las religiones. Cambiaría la interpretación que se hace de ella. En mi opinión, es la Santa Sede y toda su inmensa red la que daña irremediablemente en mayor medida la imagen del catolicismo.

Un hecho que también llegó a los medios es el de los cuentos infantiles. ¿Realmente influyen en la formación de una mentalidad machista?

Claro que influyen, y mucho. Los cuentos sirven para desarrollar nuestras capacidades cognitivas y de percepción del mundo. Son una manera más de educar, de transmitir valores, de culturalizar y socializar a las personas.

Nuestros cuentos, los que nos leen desde pequeñas, en su gran mayoría, son muy machistas. La princesa espera a algún tipo de príncipe azul que la salva de cualquiera que sea su mal y, a partir de ahí, vive única y exclusivamente para él. No hay más vida en la mujer. Sólo el príncipe. El mito del amor romántico heterosexual y la media naranja son dos de las grandes falacias que se extienden a lo largo y ancho del planeta. Su consecuencia: mujeres incapaces de establecer relaciones igualitarias con parejas masculinas. Siempre van a sentir una sumisión, y la necesidad de encontrar ese amor de cuento que, no nos engañemos, no existe. El amor es mucho más, algo mucho mejor.

En el tema de la prostitución ¿regulación o abolición?

Desde Federación Mujeres Jóvenes a través de un debate interno bastante intenso, se llegó a la postulación más afín a la abolición. Aunque cabe destacarse que entre nosotras no hay consenso real. Cada una tiene su opinión, y los argumentos de una y otra postura han sido muy analizados y valorados entre nosotras.

La abolición ha sido la opción elegida porque la regulación supone la legitimación y legalización de un tipo de maltrato hacia las mujeres, pero, por otro lado, la regulación supondría el acabar con muchas situaciones muy lamentables que tienen que sufrir muchas mujeres y coartando la libertad de elección de las mismas. Personalmente sigo teniendo muchas dudas.

Por último, ¿apoyaría en algún caso político a un líder por el hecho de ser mujer frente a otro que fuera hombre?

Una mujer, por el simple hecho de ser mujer no es ni mejor, ni peor. Lo que el feminismo defiende es que somos iguales. Puede haber hombres inmensamente feministas y mujeres que no lo son. El basarme en esto sería una simpleza demasiado peligrosa. Apoyaría a quien llevara el feminismo como bandera y en primera línea, ya sea hombre o mujer. Como mencionaba anteriormente, tenemos que estar ahí, donde se toman las decisiones, pero de manera responsable. Aunque tengo que reconocer que me gustaría que hubiera más mujeres en el mundo de la política de primer línea. Y las habrá, seguro que las habrá.



Enlace a la entrevista:
http://www.diariolacamara.com/2012/03/entrevista-en-la-camara-soraya-vega.html


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